lunes, 25 de junio de 2012

Campañas al desierto

A pesar de la conquista y exterminio impuesto por la cultura europea a los aborígenes americanos, estos lograron replegarse al sur del territorio argentino, hacia la Patagonia y la Pampa, estando constituidos por las tribus pampas y mapuches, que reunían alrededor de 30.000 hombres, que habían abandonado sus prácticas nómades. Los ataques de los aborígenes eran continuos en forma de malones, que asediaban los fortines, que limitaban el paso de los aborígenes más allá de esas líneas, sobre todo con fines de caza. A fines de siglo XVIII, la línea divisoria entre el territorio de los indígenas y el de los conquistadores estaba establecida por el río Salado Antes de abandonar el poder, como gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, en 1833, organizó una expedición para conquistar los territorios aborígenes ubicadas al norte del río Negro, con colaboración de varias provincias y del gobierno chileno, pero este finalmente no accedió. Como comandante en jefe, fue designado Facundo Quiroga, quien se hallaba enfermo y por eso no puso gran entusiasmo en la empresa. Ésta quedó a cargo de Juan Manuel de Rosas, cuando la columna central, al mando de Ruiz Huidobro, y la occidental a cargo de Aldao, fracasaron por la falta de recursos. Rosas, también contaba con pocos recursos, pero igual continuó avanzando, hasta llegar el 10 de mayo al río Negro, y a fines de ese mes a Choel-Choel, pero sin consolidar sus logros. Con la caída de Rosas, el cacique Calfucurá, nombre que significa Piedra Azul, que había nacido en Laima (Araucania chilena) y que desde 1835 ostentaba el cargo de jefe de un número de aborígenes, comenzó a asolar las estancias en busca de ganado. Su poder se mantuvo hasta 1872, en que sufrió una terrible derrota y falleció un año más tarde, siendo sucedido por Namuncurá su hijo mayor, en un momento en que era muy difícil sostenerse en la lucha contra los invasores, y veremos que debió rendirse al coronel Conrado Villegas. Durante el gobierno de Nicolás Avellaneda, su ministro de Guerra, Adolfo Alsina, presentó en 1875, un proyecto donde se avanzaría sobre los territorios ocupados, estableciendo poblados. Primero se ocuparía Puán, para luego hacer lo propio con Carhué, Guaminí y Trenque Lauquen, uniéndose todos estos puntos con un zanjón que impediría pasar a los indios. Esta propuesta que incluía negociaciones con los aborígenes, fue rechazada por Roca, al mando de la frontera oeste, pues le parecía una empresa costosa e inútil ya que él tenía la idea de exterminar a la población autóctona, dirigiéndose hacia sus bases. Se impuso el plan de Alsina y se firmó un tratado con los indígenas, que estos no cumplieron cuando los caciques Juan José Catriel y Namuncurá atacaron con carabinas y revólveres loas poblaciones de Tandil, Azul y Tres Arroyos. Esto le dio ocasión a Alsina para atacar y establecer el límite proyectado, lo que se concretó el 11 de abril de 1876. Ese fue el origen de la zanja de Alsina, que se estableció como límite para evitar que los malones arrasaran los campos y hurtaran el ganado. El proyecto de la zanja estuvo a cargo de varios ingenieros europeos y cumplía una función de protección contra el robo de ganado. La labor de Alsina, luego de su deceso ocurrido en 1877, fue continuada por su sucesor, Julio Argentino Roca, pero de un modo mucho más agresivo. Choel-Choel fue entregada sin ofrecer resistencia. Con 6.000 hombres, a caballo y dotados de buen armamento, desde julio de 1878, Roca hostigó a los habitantes del sur capturando cuatro caciques, dando muerte a 1.250 indios, y tomando 3.000 prisioneros. En el mes de octubre de 1878, se dictó una ley que establecía la Línea de Frontera. Dicha norma autorizaba al Poder Ejecutivo a realizar una inversión de 1.600.000 pesos fuertes, para fijar la línea fronteriza en la margen izquierda de los ríos Negro y Neuquén luego de someter a los indios “bárbaros” de la Pampa. Ese monto de dinero se recaudaría del producto de las tierras incorporadas como públicas al patrimonio nacional. Sobre esos territorios se emitirían 4.000 títulos, que darían derecho de propiedad sobre 1 legua de terreno. La segunda campaña de Roca se realizó en abril de 1879, llegando hasta el Río Negro. En 1881, estando Roca en el mando presidencial, encargó la misión al coronel Conrado Villegas, con el fin de incorporar la zona al sur del río Negro. Villegas, en poco tiempo se apropió de la provincia de Neuquén, donde se rindió el cacique Namuncurá, hijo y sucesor de Calfucurá, llegando hasta el río Limay. La provincia de Chubut, bajo el liderazgo de los caciques Foyel e Inacayal, también depusieron sus precarias armas. Fueron 15.000 leguas territoriales, arrancadas a los legítimos dueños de la tierra, como ya se había hecho con el resto de América. Se habló de campaña al desierto, cuando estaba poblada por una cultura diferente, pero no por eso inferior y se usó el término limpiar como si los aborígenes fueran estiércol. Aún hoy los aborígenes esperan una justa reivindicación a sus derechos. Fortines

9 de julio, Día de la Independencia

En 1816, luego del camino iniciado por la Revolución de Mayo en 1810, el país proclamó en un Congreso en Tucumán la existencia de una nación libre e independiente de la Corona Española, inaugurando el largo proceso de unificación nacional. Luego de la Revolución del 25 de mayo de 1810, el camino hacia la independencia nacional estaba trazado: la ruptura de los lazos coloniales con España en 1810 no hicieron más que cristalizar un movimiento liberador que venía buscando, desde 1806, mayor participación política y económica de los criollos. Cronología del 9 de Julio En 1810, América del Sur estaba dividida en dos bandos: los revolucionarios y, por otro lado, los leales al Consejo de Regencia, llamados “realistas”. Los revolucionarios buscaban más autonomía dentro del sistema colonial hasta que volviera el rey y muy pocos se inclinaban por la independencia al principio. Por eso las juntas se hicieron en nombre de Fernando VII, el rey preso. Sin embargo, cuando los revolucionarios intentaron sumar a los realistas a su determinación, comenzaron las guerras entre ambos mandos, cuyo resultado sería la independencia de los dominios coloniales en América. España no intervino porque se encontraba ocupada por los franceses y luchando por su propia independencia. La guerra no tuvo un mando único, cada gobierno americano siguió sus propias decisiones. En el Río de la Plata, la Banda Oriental –lo que hoy es Uruguay- y el Litoral empezaron a defender su autonomía y a desafiar la postura centralista de Buenos Aires. Es por ello que, en la Asamblea de 1813, otro importante antecedente de la independencia, los representantes orientales no fueron aceptados cuando se convocó a un congreso para organizar al Río de la Plata. En la Asamblea, la mayoría revolucionaria era partidaria de declarar la independencia. Sin embargo, no se animaron a dar ese paso, a causa de los acontecimientos que se daban en Europa. En efecto, en 1814, el rey Fernando VII fue liberado justo después de que Rusia, Austria, Prusia, Suecia, Portugal, España y Gran Bretaña formaran una gran alianza que derrotó a Napoleón. Así, las monarquías absolutistas resultaron grandes ganadores y declararon que cualquier gobierno surgido de una revolución era ilegítimo. Sin embargo, ya desde 1813 los revolucionarios estaban bien encaminados: Bolívar reconquistó Caracas e instaló la segunda república venezolana; los revolucionarios del Río de la Plata triunfaron en la batalla de Salta sobre los realistas. Y San Martín ya estaba formando el Ejército de los Andes, con el objetivo de liberar los territorios de Chile y Perú. Por su parte, el enfrentamiento entre Buenos Aires y los seguidores de Artigas, máximo líder de la Banda Oriental, se agudizó: el Litoral y la Banda Oriental formaron la “Liga de los Pueblos Libres” y se separaron del resto de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Por su parte, Paraguay, que había dejado de ser realista, se desvinculó completamente del resto y se mantuvo aislada. A fines de 1815, la situación de los revolucionarios era desesperada. Venezuela y Colombia fueron reconquistadas por los realistas. Sólo el Río de la Plata seguía en pie, amenazado desde Chile y el Alto Perú. A nivel internacional, la situación era preocupante: Austria, Rusia y Prusia habían formado la Santa Alianza para defender a los absolutismos y apoyaban a Fernando VII en su búsqueda de recuperar su imperio. En medio de esa gran emergencia, en 1816 las Provincias Unidas decidieron convocar a un nuevo congreso, que se reunió en Tucumán para decidir qué hacer. Todas las provincias de la Liga de los Pueblos Libres (Banda Oriental, Corrientes, Entre Ríos, Misiones y Santa Fe) no lograron participar del encuentro, ya que sus representantes fueron aprisionados por el Directorio unitario instalado en Buenos Aires. Una sola provincia de ideas federalistas pudo hacer llegar a sus representantes: Córdoba. Los territorios de la Patagonia, Comahue y el Gran Chaco se encontraban bajo el dominio de los llamados pueblos originarios. El Congreso se inició el 24 de marzo de 1816 con la presencia de 33 diputados, en una casa en San Miguel de Tucumán, alquilada a Francisca Bazán de Laguna, hoy Monumento Histórico Nacional. Cabe destacar que, pese a una hegemonía de representantes de todas las provincias partidarias del centralismo porteño, el Congreso expresó en gran parte intenciones federales mantenidas por José de San Martín, Manuel Belgrano y Bernardo de Monteagudo. Luego de acaloradas discusiones, el Congreso del 9 de julio de 1816 proclamó la declaración de independencia argentina respecto de España y de toda otra dominación extranjera.

lunes, 18 de junio de 2012

La cultura medieval


La cultura medieval
La Edad Media fue una época de gran religiosidad. La Iglesia desarrolló un papel muy importante en la producción cultural de la época manteniendo la tradición cultural de la antigüedad y desempeñando una importante labor educativa. Las escuelas catedralicias fueron los únicos centros de instrucción por mucho tiempo y en los monasterios, gracias a la paciente labor de los monjes, se copiaron y tradujeron los principales libros de la antigüedad clásica.
Las universidades 
En un principio las universidades surgieron como gremios que agrupaban a profesores y estudiantes para defender los intereses comunes de los oficios. Había cuatro facultades: Artes, Derecho, Medicina y Teología. La universidad de París fue una de las más importantes y sirvió de modelo a muchas otras como la de Oxford en Inglaterra y Salamanca en España. La Universidad de Bolonia, una de las mejores de la época, tenía una curiosa particularidad: los alumnos podían sancionar a los profesores que no cumplieran puntualmente con los programas de estudio o fueran malos docentes.

Los libros 
Todavía no se había inventado la imprenta, así que los libros eran escasos y caros. Sólo una minoría podía acceder a ellos. La gran mayoría de la población era analfabeta. A partir del siglo XIII comienzan a ser reemplazados los viejos rollos de pergaminos por los doblados en pliegos de papel y a publicarse las clases de los profesores de las universidades. Casi todos los libros estaban escritos en latín, que era la lengua culta y diplomática de la época. La literatura medieval exaltó el ideal caballeresco en los llamados "cantares de gesta", donde se contaban las hazañas de los guerreros de aquella época. Estos poemas fueron compuestos por juglares y cantores que recorrían las diferentes cortes europeas y luego se fueron transmitiendo oralmente. Algunos cantares de gesta famosos fueron La canción de Rolando en Francia, El cantar de los Nibelungos en Alemania y El cantar del Mío Cid en España. También deambulaban por los caminos los trovadores, músicos ambulantes que le cantaban a la mujer y al amor.

El arte 
En arquitectura, dos estilos artísticos se sucedieron durante la Edad Media: el románico y el gótico, ambos plasmando sentimientos predominantemente religiosos. El románico era un estilo sobrio y austero, con paredes anchas y reducidas aberturas. A partir del siglo XIII comienza a imponerse el gótico, llamado así por ser el arte derivado de los godos. El gótico fue fundamentalmente un arte urbano caracterizado por la construcción de grandes catedrales que se distinguieron por su marcada verticalidad y la gran luminosidad interior debido a los grandes ventanales adornados con hermosas cristalerías llamadas comúnmente vitraux.

La filosofía 
En el siglo V los textos de San Agustín fueron la base de todo el pensamiento medieval. Aristóteles fue redescubierto en Occidente y Santo Tomás de Aquino trató de conciliar su pensamiento con la doctrina cristiana aceptando la razón como forma de interpretación y un instrumento para llegar a Dios. En su obra laSuma teológica, describe racionalmente los dogmas cristianos. Las graves crisis de los siglos XIV y XV (la peste, el hambre y las guerras) provocaron un cambio en el pensamiento medieval tornándolo más terrenal. El inglés Roger Bacon expuso una filosofía más experimental que empezaba a diferenciarse claramente del pensamiento religioso y la teología.

El pre-renacimiento 
A fines del siglo XIII surgió en Italia un notable movimiento literario cuyos principales exponentes fueron Dante Alighieri (1265-1321), Francisco Petrarca (1304-1374) y Giovanni Bocaccio (1313-1375). Los tres parten de la tradición grecorromana para tocar temas de su tiempo poniendo el acento en la problemática humana y alejándose de la temática estrictamente religiosa. En La divina comedia Dante relata su viaje imaginario a los distintos ámbitos del infierno guiado por el poeta Virgilio. Luego ingresa al cielo en compañía de Beatriz, la mujer amada, y dialoga con quienes disfrutan de la vida eterna. La obra de Petrarca influyó notablemente sobre los poetas de su tiempo. Obras como África, dedicada a la Segunda Guerra Púnica, o sonetos a Laura,dedicada a su amada, marcaron el estilo poético de su tiempo. A Bocaccio se lo recuerda por ser el autor delDecamerón, una colección de cien novelas, en las que 10 jóvenes, siete muchachas y tres muchachos se refugian en el campo para huir de la Peste Negra de 1348 y cada uno de ellos cuenta diez historias.

lunes, 4 de junio de 2012

Preguntas: El cruce de los Andes


Preguntas: El cruce de los Andes
1) ¿Por qué San Martín decidió el cruce de los Andes? 
San Martín entendió que habían fracasado todos los intentos de derrotar a los realistas por el camino del Alto Perú y, tomando muy en cuenta un plan elaborado en 1800 por el militar inglés Thomas Maitland, decidió que la estrategia más efectiva consistía en cruzar la cordillera, con la ayuda de los patriotas chilenos, liberar Chile y de allí marchar por mar hacia Lima y, en combinación con Simón Bolívar, terminar con la base del poder español en América.

2) ¿Qué era la guerra de zapa? 
Así se llama en términos militares a las tácticas para desorientar al enemigo con informaciones falsas y estrategias de espionaje. San Martín utilizó métodos de espionaje y engaño del enemigo -llamados "guerra de zapa"- durante sus campañas. El cruce de la cordillera se iba a hacer por los pasos de Los Patos y Uspallata pero para ello se necesitaban los planos. Se decidió enviar a Chile al mayor José Antonio Álvarez Condarco -que dibujaba muy bien y tenía una memoria notable- por el Paso de los Patos, que se suponía, era el más largo, con una copia de la declaración de Independencia de las Provincias Unidas para el gobernador español de Santiago, Marcó del Pont. El jefe realista, furioso, hizo quemar el acta y mandó a Condarco por el camino más corto posible, que resultó ser el Paso de Uspallata. El espía de San Martín regresó sano y salvo y pudo diseñar los mapas para el ejército libertador.
3) ¿Cuáles fueron las cifras del cruce de los Andes? 
A fines de 1816, el jefe militar estaba "listo para la de vámonos", como él mismo lo dijo. Según Busaniche, el Ejército de los Andes tenía 5200 hombres, 10.000 mulas de silla y carga, 1600 caballos de pelea para maniobrar en el llano, 600 reses en pie para ser faenadas en el camino, 900 tiros de fusil y carabina, 2000 de cañón a bala, 2000 de metralla y 600 granadas. Además, contaba con todos los aprovisionamientos más necesarios para la campaña.
4) ¿Cómo era la relación de San Martín con el director Supremo Pueyrredón? 
San Martín necesitaba de todo para su campaña de los Andes y una de las "víctimas" de sus pedidos era el Director Supremo, Juan Martín de Pueyrredón, que así le contestaba a uno de sus pedidos en noviembre de 1816: "Van los 200 sables de repuesto que me pidió. Van las 200 tiendas de campaña, y no hay más. Va el mundo, va el demonio, va la carne. Y yo no sé cómo me irá con las trampas en que quedo para pagarlo todo, a bien que, en quebranto me voy yo también para que usted me dé algo del charqui que le mando, y ¡carajo! No me vuelva usted a pedir más, si no quiere recibir la noticia de que he amanecido ahorcado en un tirante de la Fortaleza".

5) ¿Quién fue el médico del Ejército de los Andes? 
James Paroissien era un médico inglés radicado en Buenos Aires en 1803. De ideas liberales, en cuanto estalló la revolución ofreció sus servicios al nuevo gobierno y fue designado cirujano en el Ejército Auxiliar del Alto Perú. En 1812 se hizo ciudadano de las Provincias Unidas y el Triunvirato le encargó la jefatura de la fábrica de pólvora de Córdoba. Allí San Martín lo invitó a sumarse a sus planes y Paroissien fue el Cirujano Mayor del Ejército de los Andes. En varias ocasiones tuvo que atender al libertador afectado por alguna de sus diversas enfermedades.
6) ¿Cómo era la salud de San Martín? 
La salud de San Martín era bastante precaria. Padecía de problemas pulmonares -producto de una herida producida en una batalla en España en 1801-, reuma y úlcera estomacal. A pesar de sus "achaques" siempre estaba dispuesto para la lucha y así se lo hizo saber a sus compañeros: "Estoy bien convencido del honor y patriotismo que adorna a todo oficial del ejército de los Andes; y como compañero me tomo la libertad de recordarles que de la íntima unión de nuestros sentimientos pende la libertad de la América del Sur. A todos es conocido el estado deplorable de mi salud, pero siempre estaré dispuesto a ayudar con mis cortas luces y mi persona en cualquier situación en que me halle, a mi patria y a mis compañeros".
7) ¿Cómo se organizó militarmente el cruce? 
Dos divisiones, una al mando del general Miguel Estanislao Soler y otra al mando del general chileno Bernardo de O´Higgins cruzarían por el Paso de los Patos. Otra, al mando de Las Heras, debía marchar por el camino de Uspallata con la artillería. Otra división ligera, que cruzaría desde San Juan por el Portezuelo de la Ramada con el objetivo de apoderarse de la ciudad chilena de Coquimbo, iba al mando de Juan Manuel Cabot. Otro destacamento ligero debía cruzar desde La Rioja y ocupar Copaipó cruzando la cordillera por el paso de Vinchina. Por el Sur, el capitán Freyre penetraría por el Planchón para apoyar a las guerrillas chilenas lideradas por Manuel Rodríguez.
8) ¿Qué comían los soldados del ejército de los Andes? 
La comida era un problema y San Martín encontró la solución en una comida popular típica de Cuyo el "charquicán", un alimento basado en carne secada al sol, tostada y molida, condimentada con grasa y ají picante. Prensado era fácil de transportar y se preparaba agregándole agua caliente y harina de maíz.
9) ¿Cómo transportaban el agua? 
No había dinero para comprar cantimploras y se resolvió usar cuernos de vaca para fabricar recipientes individuales para cada soldado. Se dice que alguno que otro llevaba más de un cuerno, uno con agua y otro con agua... ardiente o vino para combatir el frío.
10) ¿Cómo era la relación de los indios con San Martín? 
San Martín pensaba que los auténticos dueños del país eran los habitantes originarios de América y se refería a ellos como "nuestros paisanos los indios”. Esto se expresaba, por ejemplo, en el nombre dado a su organización política: La Logia Lautaro, que tomaba su nombre de un guerrero araucano que encabezó la rebelión contra los españoles. Antes de cruzar los Andes se reunió con caciques pehuenches al pie de la cordillera y les solicitó permiso porque "ustedes son los verdaderos dueños de este país".
11) ¿Cuál fue la primera victoria de San Martín tras cruzar la cordillera? 
Del otro lado de los Andes las tropas patriotas logran su primera victoria el 12 de febrero de 1817 en la cuesta de Chacabuco. La victoria de Chacabuco permitió la ocupación de la capital chilena. El 18 de febrero de 1818 se convocó en Santiago de Chile a un Cabildo Abierto que designó a San Martín Director Supremo. Don José rechazó el ofrecimiento y propuso al patriota chileno Bernardo de O'Higgins para el cargo.
12) ¿Cuál fue la única derrota del Ejército de los Andes? 
El 19 de marzo de 1818 las fuerzas patriotas sufrieron su primera y única derrota, la de Cancha Rayada. El saldo fue muy negativo: 150 muertos, centenares de heridos y la pérdida de gran parte de la artillería. Pero el General Las Heras logró salvar parte de la tropa y las armas y pudo así reorganizarse un ejército de 5.000 hombres.
13) ¿Cuál fue la batalla que decidió la independencia de Chile? 
San Martín logró derrotar definitivamente a los realistas en Maipú el 5 de abril de 1818. Este triunfo consolidó definitivamente la independencia de Chile. Varios días después, cuando llegó la noticia del triunfo, en Buenos Aires se organizaron bailes y festejos y la gente iba de casa en casa felicitándose y abrazándose.
14) ¿Cuáles eran los pasatiempos preferidos de San Martín? 
Le gustaba mucho jugar al ajedrez y era muy difícil ganarle. Había practicado desde chico en sus diversos destinos militares y tuvo la ocasión de enfrentar con éxito a grandes jugadores. Tocaba muy bien la guitarra y en ciertas ocasiones, cuando los avatares de la guerra lo permitían, daba improvisados conciertos para sus "compañeros del Ejército de los Andes", como él los llamaba. En España había tomado clases de guitarra con el gran concertista y compositor Fernando Sor.
15) ¿Cómo se consiguieron las armas del Ejército de los Andes? 
San Martín sabía que no podía esperar que el gobierno central le mandara más cosas. Necesitaba armas y decidió montar una fábrica en el campamento del Plumerillo cerca de la ciudad de Mendoza, al frente de la cual estaba el sacerdote Fray Luis Beltrán, que fabricó fusiles, bayonetas, cañones y municiones con la ayuda de los habitantes de Cuyo.
16) ¿Qué problemas debieron enfrentar San Martín y sus hombres durante el cruce de los Andes? 
Tuvieron que soportar grandes cambios de clima. La sensación térmica se agudiza con la altura. De día el sol es muy fuerte y se llega a temperaturas de más de 30 grados y durante la noche el viento helado, con mínimas de 10 grados bajo cero, pude llevar al congelamiento. La altura promedio es de 3000 metros, lo que provocó en muchos hombres fuertes dolores de cabeza, vómitos, fatiga e irritación pulmonar.
17) ¿De qué color era el caballo blanco de San Martín? 
San Martín, como el resto de la tropa, cruzó los Andes en burro y en mula porque los caballos no resisten las condiciones de la cordillera. Según parece don José nunca usó un caballo blanco, ni siquiera en el combate de San Lorenzo.
18) ¿En qué términos se refería San Martín a sus soldados? 
He aquí un ejemplo:
“Orden General del 18 de julio de 1819
Compañeros del Ejército de los Andes: La guerra se la tenemos que hacer cono podamos: si no tenemos dinero; carne y tabaco no nos tiene que faltar. Cuando se acaben los vestuarios, nos vestiremos con la bayetilla que nos tejan nuestras mujeres y si no andaremos en pelota como nuestros paisanos los indios, seamos libres y lo demás no importa. Compañeros, juremos no dejar las armas de la mano hasta ver el país enteramente libre, o morir con ellas como hombres de coraje". José de San Martín
19) ¿A qué se llamó la "genial desobediencia"? 
En Buenos Aires, el director supremo Juan Martín de Pueyrredón, para combatir al caudillo José Gervasio Artigas, favoreció la invasión portuguesa de la Banda Oriental y le pidió a San Martín que se hiciera cargo con su Ejército de la represión de los orientales. San Martín se negó diciéndole que "el general San Martín jamás desenvainará su espada para derramar sangre de hermanos" y se dispuso a continuar con sus campañas libertadoras.
20) ¿A qué se llamó el "Acta de Rancagua"? 
A principios de 1820 tras la batalla de Cepeda, desaparece el poder central representado por el directorio. San Martín era el General en Jefe de un ejército de un estado que ya no existía. El 2 de abril de 1820, los oficiales del Ejército de los Andes firmaron en Rancagua una declaración en la que decían que la autoridad de San Martín no caducaba porque "su origen, que es la salud del pueblo, es inmutable". Gracias a este apoyo San Martín se sintió con el suficiente poder para emprender la campaña del Perú.

¿Qué pasó el 9 de julio en Tucumán?


¿Qué pasó el 9 de julio en Tucumán?
El martes 9 de julio de 1816 no llovía como en aquel 25 de mayo de hacía seis años. El día estaba muy soleado y a eso de las dos de la tarde los diputados del congreso empezaron a sesionar. A pedido del diputado por Jujuy, Sánchez de Bustamente, se trató el "proyecto de deliberación sobre la libertad e independencia del país". Y la verdad es que no hubo discusión. Todos estuvieron de acuerdo en declarar la independencia. Ese día no hubo fiestas, pero todos se prepararon para los festejos del día siguiente.
Los actos empezaron a eso de las nueve de la mañana con una misa celebrada por un congresal: el sacerdote Castro Barros. Asistieron todos los diputados, el gobernador Aráoz y el Director Supremo Juan Martín de Pueyrredón.
En la plaza esperaba la gente. Era miércoles pero parecía un domingo. Unos con ponchos y botas, otros con galeras y chaquetas, escuchaban a los cantores que interpretaban cielitos y zambas que tenían como tema principal la Independencia, aunque siempre mezclaban en su repertorio canciones "de amor", que tanto le gustaban a las chicas.
Después de la misa los congresales tenían que seguir trabajando. Quedaban varios asuntos por resolver. Se hicieron tiempo para mezclarse con la gente y compartir unos ricos pastelitos y volvieron a sus tareas. Pero tuvieron que seguir sesionando en la casa del gobernador Aráoz, porque el salón congresal, el de la famosa "casita", estaba siendo preparado y adornado para el baile de la noche.
En una breve sesión nombraron a Pueyrredón Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata y designaron a Belgrano General en Jefe del Ejército del Alto Perú, en reemplazo de Rondeau, muy desprestigiado tras la derrota de Sipe-Sipe.
El Director Supremo partió esa misma tarde para Córdoba, donde lo esperaba el general San Martín para tratar un tema secreto. Después se supo el contenido de las conversaciones que duraron dos días: el cruce de los Andes, la Independencia de Chile y el Perú. San Martín lo había preparado durante años, teniendo muy en cuenta un manuscrito de 47 páginas que había sido elaborado por el general inglés Thomas Maitland en 1800 que aconsejaba tomar Lima a través de Chile por vía marítima.
Venga a bailar
La ciudad de Tucumán estaba llena de flores, guirnaldas y banderas. Por la noche se armaron varias peñas y bailes de festejo. Se había esperado mucho para declarar la Independencia y la gente quería expresar su alegría.
En la casa histórica el baile se armó en el salón principal. Allí estaba la orquesta y algunos paisanos guitarreros. Porque se bailaba el minué, pero también la zamba. Entre los que mejor bailaban, se destacaba el general Belgrano, que no se despegó en toda la noche de la muy bonita Dolores Helguera, la fututa madre de su hija.
Por allí andaban las chicas más lindas de Tucumán, así que decidieron elegir a la reina de la fiesta. Como en un concurso de Miss Argentina, se armó un jurado y salió electa Lucía Aráoz a la que llamaron "la rubia de la Patria". Todos quisieron bailar con la reina, que al final de cuentas y de tantas discusiones y propuestas monárquicas fracasadas en el congreso, fue la única que logró, con su belleza, poner de acuerdo a monárquicos y republicanos en proclamar, aunque sea por una noche, a alguien con título real.
Más bailes
El gobernador Aráoz pensó que ese baile había sido para unos pocos y que no estaba nada mal armar uno bien grande para todo el pueblo de la ciudad. La fecha fijada fue el 25 de julio. Primero hubo un desfile militar y varios discursos, entre los que se destacó el de Belgrano, que conmovió mucho a la concurrencia. Allí el general exaltó los valores de la libertad, rindió homenaje a los caídos en la lucha por la independencia y presentó en público su idea de un gran imperio del Sur, gobernado por un descendiente de los incas.
Luego, lentamente se fue armando el baile.

¿Cuál es el origen del dinero?


¿Cuál es el origen del dinero?

Autor: Felipe Pigna
En un principio los hombres utilizaban el trueque como forma de intercambio de productos o servicios; es decir, que canjeaban cosas u horas de trabajo por otras cosas o tareas que necesitaban para sus vidas. Pero esto no era siempre posible porque a veces los dos tenían lo mismo para ofrecerse y entonces no había trueque que valiera. Fue entonces que a alguien, nunca sabremos a quien, se le ocurrió simbolizar el valor de las cosas en un objeto que podía ser un caracol, cabezas de ganado, bolsitas de sal (de ahí la palabra "salario") o esclavos como forma de pago.
¿Cómo eran las primeras monedas? 
Las monedas chinas -que son las más antiguas que se conocen y datan del 1100 a.C.- eran copias en bronce de las herramientas que antes se cambiaban por mercancías. La moneda-cuchillo de bronce, por ejemplo, era demasiado delicada como para usarse como herramienta y sólo servía como moneda. Pero las primeras monedas hechas con una aleación de oro y plata aparecieron en Lidia (Asia Menor), que por aquel entonces formaba parte del mundo griego (Asia Menor) en el Siglo VIII a.C. Con el tiempo, cada ciudad griega tuvo su propia moneda, menos Esparta, que seguía utilizando barras de hierro como elemento de cambio.
¿Cuál fue la moneda más rica? 
El cacao, que además de para preparar su sabroso invento, el chocolatl, era utilizado por los aztecas como medio de pago. Parece que era un problema mandar a los chicos a hacer los mandados: muchos se quedaban con el vuelto en la panza.
¿Cuál fue la moneda más popular de la antigüedad? 
La ateniense, que fue difundida por comerciantes y soldados griegos por todo el mundo antiguo. En los países con los que los griegos comerciaban llamaban a sus monedas "pequeñas lechuzas". La lechuza que venía acuñada en las monedas era el símbolo de Atenea, la diosa de la sabiduría, que, al igual que Zeus, podía lanzar terribles rayos en defensa de una causa justa. Estas monedas se hicieron tan populares que muchos países las copiaron e hicieron las suyas con diseños muy parecidos.
¿Cara o ceca? 
Filipo, rey de Macedonia, unificó toda Grecia y creyó conveniente emitir una sola moneda, eliminando las de cada ciudad. Para que no quedara ninguna duda sobre quién mandaba, mandó acuñar su cara en las monedas. Su hijo, Alejandro Magno, siguió su ejemplo y al ritmo de sus conquistas, impuso la costumbre. A partir de allí todos los reyes querían ver sus caras en las monedas. Esta era prácticamente la única oportunidad que tenían los romanos de conocerle la cara al emperador. Pero esto no le garantizaba al mandatario su perpetuación en la historia. Cuenta el historiador romano Suetonio que a la muerte del emperador Calígula, todas las monedas con su efigie fueron fundidas y reutilizadas para que se olvidara el rostro del tirano.
¿Quién fue el primer falsificador de dinero? 
Polícrates, un gobernante de la ciudad griega de Samos que en el 540 antes de Cristo estafó a los espartanos con monedas de oro falsas. Polícrates hizo escuela y muchos lo imitaron. Algunos reyes reducían la cantidad de oro o plata en sus monedas mezclándolos con otros metales engañando a sus súbditos y quedándose con la diferencia.
¿Cuándo aparece el papel moneda? 
Los chinos fueron los primeros. Ya en el siglo IX d.C., durante la dinastía Tang, aparecieron los primeros bancos en los que la gente depositaba sus monedas y a cambio se le extendía un certificado por el importe depositado que servía como medio de pago. Así la gente no tenía que movilizarse con las pesadas piezas de plata. Hay, sin embargo, quienes sostienen que los primeros billetes comenzaron a circular en China hacia el siglo VII. En Occidente recién en 1661 comenzó a utilizarse en Suecia este sistema de forma regular, aunque algunos investigadores sostienen que ya en el siglo XV circulaba papel moneda en algunas regiones de la península ibérica.

La historia argentina según Juan José Sebreli (entrevista)





Autor: Felipe Pigna
¿Cuál es su opinión sobre el golpe de estado de 1930?
Pienso que 1930 es una fecha clave, porque ahí empiezan algunas de las corrientes que después van a predominar a lo largo del siglo. Desde ya el militarismo y desde ya el huevo de la serpiente del nacionalismo populista. Por lo menos dos de las tendencias ya se dan ahí. Es curioso ver que el golpe del ’30 -tan menospreciado y satanizado, y con toda la razón- en realidad esté tan vinculado con el otro golpe que por el contrario es exaltado y defendido: el del ’43, del que va a surgir justamente el peronismo. De hecho el propio Perón formó parte del golpe de 1930 aunque después hizo su autocrítica. En ese sentido sería como anecdótica la intervención de Perón, pero no así la de los ideólogos del ’30, no Lugones porque Lugones muere, pero sí, por ejemplo, Carlos Ibarguren y Ernesto Palacio, que después van a ser los ideólogos nacionalistas del primer peronismo, de la primera etapa del peronismo, entre 1943 y 1945. Son los mismos ideólogos del uriburismo. Y el elemento fascista que se instala con Uriburu después va a seguir con el peronismo. Sin duda el uriburismo fue un movimiento sumamente contradictorio y confuso, porque se lo considera como movimiento fascista y evidentemente había elementos fascistas. Pero por otro lado en el caso de Uriburu, propiamente dicho, era demasiado aristocratizante como para ser lo suficientemente fascista.
¿Qué diferencias encuentra entre el fascismo y el régimen de Uriburu?
El fascismo implica inevitablemente el apoyo de las masas y la movilización de las masas, algo que evidentemente era imposible que pusiera en práctica un militar tan a la vieja usanza como Uriburu. No obstante lo cual, en el caso de alguno de los integrantes, como Matías Sánchez Sorondo, hubo ciertos intentos de entrar en relaciones con el sindicalismo. Pero todo eso quedó muy en borrador porque el golpe del ’30 fue, como todos sabemos, muy efímero. Rápidamente fracasó.
¿Qué sucedió?
El comienzo del período militarista es 1943, ahí sí hay como una continuidad, porque después del 1930 todavía hay un interregno que podríamos llamar interregno conservador liberal, a la antigua usanza, que tiene características muy distintas que después va a tener la Argentina desde el ’43 en adelante. El período que se extiende desde el gobierno de Agustín P. Justo hasta el Golpe del ’43 sería como el canto del cisne de la oligarquía ilustrada a la manera del siglo XIX.  Es el período que nace en 1880 y termina en el ’43, aunque ya empieza a dar evidentemente signos de gran deterioro justamente con el golpe de 1930.
¿Cómo calificaría el gobierno peronista?
Ya entramos entonces en el tema del peronismo y del golpe del 43. Yo diría que hay tres conceptos fundamentales que podríamos llamar los estados de excepción. Consideramos estado de excepción a todo aquel estado que no se ajusta a las normas de lo que más o menos convencionalmente se llama una sociedad democrática, tal como existe en Europa Occidental o en los EEUU. Bueno esos estados de excepción serían tres.
La dictadura militar de tipo tradicional, el régimen bonapartista y el fascismo. La dictadura militar tradicional casi no necesitamos definirla. Es un gobierno de fuerza, desmovilizador de masas, que gobierna mediante la represión lisa y llana. Serían las dictaduras autoritarias del S XIX, etc. En el caso de la Argentina entrarían en esta clasificación y hasta con ciertos matices, las dictaduras de Onganía y Videla.
Lo original, lo novedosos que se da con el peronismo, son estos otros dos modelos: el modelo bonapartista y el modelo fascista. El modelo bonapartista surge en el siglo XIX en Europa. El término fue creado por Marx, en su libro famoso El 18 Brumario de Luis Bonaparte. En realidad, los creadores del modelo bonapartismo son, justamente Luis Napoleón Bonaparte, que es el que da el nombre al modelo, en Francia, y, en Alemania, Bismarck. Serían los dos ejemplos típicos de régimen bonapartista. Los marxistas italianos prefieren utilizar el término cesarista, tal vez por razones nacionalistas, porque Julio César sería en cierto modo como un precursor del régimen bonapartista.
¿Cómo definiría este tipo de régimen?
Es un régimen de tipo autoritario dictatorial que en vez de reprimir a las masas, las integra y asimila en la sociedad, algo absolutamente inédito e insólito en la Europa del siglo XIX. Era una Europa compuesta por monarquías absolutistas, donde no existían democracias. Es un régimen que cambia las relaciones violentas con las masas por las relaciones públicas. El gobierno hace relaciones públicas. Esto viene después del movimiento revolucionario del ’48 que había asolado a toda Europa, había conmovido a toda Europa y donde los gobiernos tradicionales se dan cuenta de que no se puede seguir gobernando a la antigua, que las masas son un hecho real, y que hay que tratar con las masas y conformarlas en cierto modo. Los regímenes bonapartistas del siglo XIX crean el asistencialismo. Las leyes de asistencia social son creadas por Bismarck y por Luis Bonaparte por primera vez. No es algo que inventó Perón ni nada por el estilo. Surge en ese momento. Por supuesto, más modestas que las que se podían hacer en el siglo XX, pero para la época son audaces: apoyo a la vejez, subsidios a la enfermedad, protección a la infancia, retiros, jubilaciones, todo lo que se puede llamar una política asistencialista es el invento de ese sistema que podemos llamar bonapartista, en el cual encajaría el Peronismo.
¿De qué manera considera que se manifiesta el fascismo en el peronismo?
En el siglo XX aparece otro fenómeno novedoso que es el fascismo, que es una forma de bonapartismo exacerbado. Yo diría que el bonapartismo es un fascismo moderado y el fascismo es un bonapartismo extremista, radicalizado. La diferencia es que en tanto que el bonapartismo asimila a las masas pasivamente, el fascismo no solamente se apoya en las masas sino que además las moviliza, las agita por supuesto controladas por el estado. Ese es el elemento novedoso que introduce el fascismo. Lo que le da las características de un régimen revolucionario. Por eso es que se puede decir que los fascismos son revoluciones de derecha o revoluciones reaccionarias. La agitación de masas de Mussolini y de Hitler fue algo completamente novedoso.
Otro aspecto, también revolucionario, es que mientras el bonapartismo surge de las clases dirigentes tradicionales -Napoleón y Bismarck formaban parte de una larga tradición- los fascismos surgen de gente realmente marginal. El caso de Hitler es realmente sintomático: era un típico marginal, de clase media-baja, que se había degradado hasta el lumpenal. Y en general todo el equipo, todos los jerarcas nazis formaban parte de una especie de lúmpen, de bohemios, intelectuales y artistas fracasados. Así que no era la elite tradicional a la que estábamos acostumbrados a ver gobernando un país. Más aun, como ostentaban su crítica a la elite tradicional, constituían una anti-elite. Hitler fue siempre muy menospreciado por la aristocracia alemana. Lo respetaron mientras tuvo poder, pero siempre lo menospreciaban. Lo llamaban "el cabo".
¿Y en la Argentina?
El caso típico de una anti-elite volviendo al peronismo es Evita, más que Perón.
¿Cuáles son, dentro del peronismo, según esta concepción, los límites entre el bonapartismo y el fascismo?
Los límites entre bonapartismo y fascismo son muy vagos. En el peronismo se puede enfocar como bonapartismo en algunos aspectos, y en otros aspectos, como un fascismo. Las dos cosas. El elemento tal vez más fascista es Evita, porque es el elemento más revolucionario del peronismo. Y el más bonapartista es Perón, porque de cualquier manera Perón formaba parte de una élite tradicional. Era un hombre que había sido funcionario público. Así que el elemento como más anti-elite era Evita. Pero estaban los dos. Incluso hay un tercer elemento. En el peronismo se dan las tres formas de estado de excepción:
Primero la dictadura militar tradicional, porque surge de una dictadura militar tradicional, que es la del golpe del ’43. Nada más tradicionalista que el general Ramírez, el primer gobierno salido del golpe del ’43. Fue un gobierno nacional católico, absolutamente de extrema derecha, con elementos fascistas. Perón es el que le va dando ese giro hacia la agitación de masas, pero surge de una dictadura militar tradicional.
Luego se convierte en un bonapartismo. En realidad el objetivo de Perón era ser asimilado en la sociedad establecida. La prueba está en que el primer apoyo político que busca es el apoyo del partido tradicional por excelencia: el Partido Radical. Él va a buscar la alianza con los radicales. No va a buscar una alianza con ningún otro ni a inventar un partido él. Y la prueba está en que algunos lo reconocían: su vicepresidente de todo el período fue un caudillo radical de primera línea. Y todo el grupo que dirigía el radicalismo de la FORJA se pasa al peronismo. Y él fue el primero que se animó a reivindicar a Yrigoyen como su precursor.
Así que la idea de él era un bonapartismo, como en cierto modo el radicalismo también lo era. El radicalismo fue un modo de bonapartismo, sobre todo el radicalismo yrigoyenista. Y él hubiera querido ser algo así. Y el modelo mussoliniano lo tenía evidentemente. Pero la cerrada oposición de la sociedad establecida -incluso de las clases medias, porque no era sólo la oligarquía, sino la mitad de la sociedad estaba en contra- lo obliga a ser más revolucionario de lo que él hubiera querido, lo obliga a dejar de ser bonapartista y convertirse en fascista. Esa es la historia.
¿Dónde encuadrarían los regímenes de Videla y de Onganía?
El problema es que la gente confunde. La gente se escandaliza cuando uno dice, por ejemplo, que Perón fue el único fascista del siglo XX y que, en cambio, Onganía y Videla no lo fueron. Se escandalizan porque no tienen idea de lo que es el fascismo. No hay que juzgar el fascismo por la crueldad. Puede haber un régimen fascista menos cruel que una dictadura tradicional. Videla fue indiscutiblemente sangriento; Perón no lo fue. Fue un régimen más o menos moderado, no hubo tantas matanzas, hubo algunos muertos pero no tantos. Fue un régimen moderado porque la situación se dio para eso, pero técnicamente era fascista. ¿Por qué? Porque se basaba en la movilización de masas. Videla podrá haber matado a miles, podrá haber sido el régimen más cruel que hubo en la Argentina, pero no fue fascista. Porque desmovilizó a las masas, porque no pretendió de ninguna manera ser un anti-elite, ni crear una nueva filosofía de la vida, que era el otro elemento del fascismo. Los fascismos tratan de crear una nueva ideología: el justicialismo era una serie de vaguedades, pero era una nueva filosofía. En tanto que las dictaduras tradicionales se basan en la Iglesia católica, en el nacionalismo, en valores tradicionales. Ni Videla ni Onganía pretendieron de ninguna manera oponerse a una sociedad establecida, de ninguna manera intentaron crear una nueva filosofía de la vida. Por lo tanto no eran fascistas y por lo tanto no sólo no movilizaban a las masas, sino que las desmovilizaban. El único fascismo que existió en la Argentina fue el peronista.
¿Por la movilización de las masas?
El fascismo en Italia no movilizó solamente a las clases medias y a la pequeña burguesía. Intentó en buena forma movilizar también a la clase obrera. El pre-fascismo italiano, por ejemplo, antes de tomar el poder, intervino hasta en huelgas. Hay una similitud muy grande entre el fascismo italiano y el peronismo. La organización sindical mussoliniana, la Carta del Lavoro, fue copiada punto por punto y hasta la última coma por la CGT peronista. No hubo ninguna diferencia. El que crea realmente la idea de la mesa el diálogo entre los empresarios y los sindicatos mediados por el estado es Mussolini. Y la Carta del Lavoro mussoliniana todavía hoy en un gobierno democrático nos rige. Ningún gobierno posperonista, ni aun antiperonista, se atrevió como a tocarla.
¿Y en el caso de Hitler?
Hitler tuvo que luchar más que Mussolini, porque la clase obrera italiana estaba muy organizada. Suele decirse que no se puede hablar de fascismo sobre el régimen peronista, que subió con las elecciones más limpias que existieron en la tierra, pero Hitler subió también con elecciones. No eran mayoritarias, pero era la primera minoría. Fueron perfectamente limpias. El sufragio universal podrá ser una condición necesaria, pero no suficiente para hablar de un régimen democrático. Cuando surge ese giro en que los nazis empiezan a ganar votos, ¿qué partido disminuye los votos? El Partido Socialdemócrata, porque no lograba satisfacer sus necesidades inmediatas de esa época: básicamente la desocupación. El desempleo era el problema fundamental y de pronto el nazi prometía el oro y el moro y no estaba en el poder. En cambio, los socialdemócratas eran cogobierno y no resolvían los problemas. Muchos votos socialdemócratas, que eran votos obreros, se pasaron a los nazis.
Después, cuando los nazis ya están en el poder, es indiscutible que la mayor parte de la clase obrera, salvo los militantes que eran aun minoría, se pasan al hitlerismo. En un primer momento Hitler efectivamente mejora la situación: se termina la desocupación y como todo régimen de tipo bonapartista o fascista, acrecienta todavía el sistema de asistencialismo social. En el caso de Mussolini, no había prácticamente asistencia antes de Mussolini, porque Italia era una sociedad muy atrasada y muy rudimentaria antes del ’22. Casi se podría decir que todas las leyes de asistencia las crea Mussolini. En el caso de Hitler, evidentemente la República de Weimar tenía un gran sistema de asistencia social, pero Hitler incluso agrega elementos nuevos que eran completamente inéditos. Por ejemplo, Hitler fue el primero que pone en práctica el turismo social, poco antes que lo ponga en práctica el Frente Popular en Francia. Los obreros por primera vez viajan por Alemania, después viajan al exterior, a Italia y ya en la época de la guerra, los primeros tiempos cuando la cosa iba bien para Alemania, viajan a países ocupados. Fue Una cosa insólita: turismo social al extranjero. Evidentemente no se notaron de ninguna manera signos de hostilidad de descontento de la clase obrera hacia el hitlerismo. La guerra civil de la clase obrera y el nazismo, eslogan típico de la izquierda de la época, no existe.
¿Perón buscó a su electoral entre la clase obrera?
No es cierto que el peronismo únicamente se dirigiera a la clase obrera. Perón, en su primer proyecto, puso la vista en los radicales. El radicalismo era un partido de clase media, y Perón, como hombre de clase media, quiso integrar a su clase. Lo que pasó fue que no lo consiguió, entonces tomó a la clase obrera que, por las concesiones que le había otorgado, era la única que tenía a mano. Pero aun siendo la clase obrera indiscutiblemente la punta de lanza del peronismo -eso no lo negamos- nunca el peronismo hubiera ganado las elecciones sin una buena parte de la clase media. La idea de que la clase media en bloque fue antiperonista es falsa. Hubo un sector de la clase media muy grande -la clase media tradicional, los profesores, los profesionales, los maestros, la clase media, digamos, intelectual- que fue netamente antiperonistas; fueron la punta de lanza del antiperonismo. Pero hubo otra clase media -el pequeño comerciante, el pequeño industrial, el chacarero, la pequeña burguesía rural- que fue totalmente favorecida por el peronismo. La burguesía rural con la ley de arrendamiento fue favorecida por el peronismo. Eso era clase media; no era proletariado. Se habla de los peones que votaron a Perón, el proletariado rural, pero en las estancias hay muy pocos peones. Pensar que los peones de estancia pueden resolver una elección es no conocer el campo. Las estancias se manejan con pocos peones. En el campo votaba la burguesía rural, los chacareros, que se habían beneficiado por el peronismo, la clase media industrial, el industrial incipiente.

25 de mayo de 1810 - Revolución de Mayo


25 de mayo de 1810 - Revolución de Mayo
Autor: Pigna, Felipe, Los Mitos de la Historia Argentina, Buenos Aires, Norma. 2004
Durante la etapa virreinal, España mantuvo un férreo monopolio con sus colonias americanas, impidiendo el libre comercio con Inglaterra, beneficiaria de una extensa producción manufacturera en plena revolución industrial. La condena a la intermediación perpetua por parte de España encarecía los intercambios comerciales y sofocaba el crecimiento de las colonias. La escasez de autoridades españolas y la necesidad de reemplazar al régimen monopólico, sumado a las convulsiones que se vivían Europa tras la invasión napoleónica, llevaron a un grupo destacado de la población criolla a impulsar un movimiento revolucionario.
Para febrero de 1810 casi toda España se encontraba en manos de los franceses. Un Consejo de Regencia gobernaba la península en nombre de Fernando VII, prisionero de Napoleón. El 13 de mayo de 1810 llegaron a Buenos Aires las noticias de la caída de la Junta Central de Sevilla, último bastión del poder español.
La autoridad que había designado al virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros había, por tanto, caducado y la propia autoridad del virrey se encontraba cuestionada. Pronto Cisneros debió ceder a las presiones de las milicias criollas y de un grupo de jóvenes revolucionarios y convocó a un Cabildo Abierto para el 22 de mayo de 1810. El Cabildo, dominado por españoles, burló la voluntad popular y estableció una junta de gobierno presidida por el propio Cisneros. Esto provocó la reacción de las milicias y el pueblo. Cornelio Saavedra y Juan José Castelli obtuvieron la renuncia del ex virrey.
El 25 de mayo, reunido en la Plaza de la Victoria, actual Plaza de Mayo, el pueblo de Buenos Aires finalmente impuso su voluntad al Cabildo creando la Junta Provisoria Gubernativa del Río de la Plata integrada por: Cornelio Saavedra, presidente; Juan José Castelli, Manuel Belgrano, Miguel de Azcuénaga, Manuel Alberti, Domingo Matheu, Juan Larrea, vocales; y Juan José Paso y Mariano Moreno, secretarios. Quedó así formado el primer gobierno patrio, que no tardó en desconocer la autoridad del Consejo de Regencia español.
Hemos elegido algunos extractos del pensamiento de Mariano Moreno, uno de los más esclarecidos patriotas de la Revolución de Mayo, donde reivindica valores todavía vigentes como la importancia de la instrucción y la educación como método contra las tiranías, la necesidad de vigilar la conducta de los representantes, los reparos ante las injerencias del extranjero y la necesidad de una organización federal en el gobierno.
“El oficial de nuestro ejército después de asombrar al enemigo por su valor, debe ganar a los pueblos por el irresistible atractivo de su instrucción. El que se encuentre desnudo de estas cualidades redoble sus esfuerzos para adquirirlas, y no se avergüence de una dócil resignación a la enseñanza que se le ofrece, pues en un pueblo naciente todos somos principiantes, y no hay otra diferencia que la de nuestros buenos deseos: el que no sienta los estímulos de una noble ambición de saber y distinguirse en su carrera, abandónela con tiempo, y no se exponga al seguro bochorno de ser arrojado con ignominia: busque para su habitación un pueblo de bárbaros o de esclavos y huya de la gran Buenos Aires que no quiere entre sus hijos hombres extranjeros a las virtudes.”
“El pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes, y el honor de éstos se interesa en que todos conozcan la execración con que miran aquellas reservas y misterios inventados por el poder para cubrir sus delitos. El pueblo no debe contentarse con que sus jefes obren bien, debe aspirar a que nunca puedan obrar mal.
“Si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no conoce, lo que vale, lo que puede y lo que sabe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas y después de vacilar algún tiempo entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte, mudar de tiranos, sin destruir la tiranía”
“Los pueblos deben estar siempre atentos a la conservación de sus intereses y derechos y no deben fiar más que de sí mismos. El extranjero no viene a nuestro país a trabajar en nuestro bien, sino a sacar cuantas ventajas pueda proporcionarse. Recibámoslo en buena hora, aprendamos las mejoras de su civilización, aceptemos las obras de su industria y franqueémosle los frutos que la naturaleza nos reparte a manos llenas; pero miremos sus consejos con la mayor reserva y no incurramos en el error de aquellos pueblos inocentes que se dejaron envolver en cadenas, en medio del embelesamiento que les habían producido los chiches y coloridos abalorios. Aprendamos de nuestros padres y que no se escriba de nosotros lo que se ha escrito de los habitantes de la antigua España con respecto a los cartagineses que la dominaron:
Libre, feliz, España independiente
Se abrió el cartaginés incautamente:
Viéronse estos traidores
Fingirse amigos, para ser señores;
Entrar vendiendo para salir mandando’”
Fuente: Mariano Moreno, Escritos Políticos, Buenos Aires, La Cultura Argentina, 1915
“En vano publicaría esta Junta principios liberales, que hagan apreciar a los pueblos el inestimable don de su libertad, si permitiese la continuación de aquellos prestigios, que por desgracia de la humanidad inventaron los tiranos, para sofocar los sentimientos de la naturaleza. Privada la multitud de luces necesarias, para dar su verdadero valor á todas las cosas; reducida por la condición de sus tareas á no extender sus meditaciones mas allá de sus primeras necesidades; acostumbrada á ver los magistrados y jefes envueltos en un brillo, que deslumbra á los demás, y los separa de su inmediación; confunde los inciensos y homenajes con la autoridad de los que los disfrutan; y jamás se detiene en buscar á el jefe por los títulos que lo constituyen, sino por el voto y condecoraciones con que siempre lo ha visto distinguido. De aquí es, que el usurpador, el déspota, el asesino de su patria arrastra por una calle pública la veneración y respeto de un gentío inmenso, al paso que carga la execración de los filósofos, y las maldiciones de los buenos ciudadanos; y de aquí es, que á presencia de ese aparato exterior, precursor seguro de castigos y todo género de violencias, tiemblan los hombres oprimidos, y se asustan de sí mismos, si alguna vez el exceso de opresión les había hecho pensar en secreto algún remedio”.
Algunos miopes quieren ver en esta disputa el origen de la oposición entre unitarios y federales, alineando por supuesto a Moreno en el rol de padre del unitarismo y a Saavedra como progenitor, ya que nuestra historia es fanática de los padres, del federalismo. Es curioso porque Saavedra, hombre poco afecto a la filosofía y a la escritura, no ha dejado una sola línea en la que mencione siquiera las palabras federalismo o federación, mientras que el “unitario” Moreno le dedica varios párrafos de su texto: Sobre las miras del Congreso que acaba de convocarse, y la Constitución del Estado: Allí señalaba:
“El gran principio de la federación se halla en que los estados individuales, reteniendo la parte de soberanía que necesitan para sus negocios internos, ceden a una autoridad suprema y nacional la parte de soberanía que llamaremos eminente, para los negocios generales, en otros términos, para todos aquellos puntos en que deben obrar como nación. De que resulta, que si en actos particulares, y dentro de su territorio, un miembro de la federación obra independientemente como legislador de sí mismo, en los asuntos generales obedece en clase de súbdito a las leyes y decretos de la autoridad nacional que todos han formado. En esta forma de gobierno, por más que se haya dicho en contrario, debe reconocerse la gran ventaja del influjo de la opinión del contento general: se parece a las armonías de la naturaleza, que están compuestas de fuerzas y acciones diferentes, que todas concurren a un fin, para equilibrio y contrapeso, no para oposición; y desde que se practica felizmente aun por sociedades incultas no puede ser calificada de difícil. Este sistema es el mejor quizá, que se ha discurrido entre los hombres”